Era viernes 10 de octubre me desperté con la misma ilusión de un niño en día de reyes. Eran las 8 de la mañana y no podía pegar ojo. Los ladridos de la perrita de mi hermana me despertaron de mi letargo, me levanté y me dirigí hacia la ropa que tenía preparada desde la noche anterior a un lado de la habitación. Bajé por las escaleras y un intenso olor a café me invadió, el desayuno me esperaba en la mesa, junto a un vaso de zumo. Un avión me esperaba a las 14:15 para despejar rumbo a París, pero antes de eso había que preparar muchas cosas. En la maleta llevaba lo justo para un viaje de 3 días y 2 noches: dos vaqueros, algunas camisetas, dos abrigos y un chaquetón. El cargador y la cámara de fotos son indispensables para cualquier viaje. Eran las 12:00 de la mañana y salía hacia el aeropuerto, antes debía recoger a mi amor para hacer juntos el viaje soñado por cualquier pareja de enamorados, ir a la ciudad del amor, París. Sobre las 12:30 salimos hacia la terminal 3 del aeropuerto de Málaga y llegamos a las 13:10. Salimos del coche y nos dirigimos hacia la puerta de embarque pero una de las maletas que llevábamos no cumplía las medidas para ser considerada maleta de mano y tuvimos que facturar las maletas. Nos marchamos a la puerta número 10 para proceder al embarque en un avión vueling desde el aeropuerto de Málaga hacia el Aeropuerto Orly sur en Francia. Al llegar esperábamos bastante frío, por la altitud de París y porque era el mes de octubre, pero nuestra sorpresas es que hacia muy buena temperatura y apenas notamos el cambio de Málaga a París.

En el aeropuerto de París encontramos un servicio de transporte que nos llevaba directamente a la hotel y decidimos cogerlo. Llegamos al hotel donde teníamos hecha la reserva, preguntamos por nuestra reserva pero nos llevamos una sorpresa al decirnos el recepcionista que la reserva había sido cancelada. ¿Cómo era posible? ¿Qué debíamos hacer, pasar la noche a la intemperie? Hice algunas llamadas y por fortuna todo salió bien, nos ubicaron en un hotel más céntrico y mejor comunicado y porque no decirlo con mejor clasificación por los viajeros. Para llegar al hotel utilizamos el metro, bendito metro, gracias a él pudimos ver toda París en dos días. Llegamos al hotel, subimos a la tercera planta y entramos en nuestra habitación la número 48. Nos duchamos y salimos del hotel, nos dirigimos hacia el distrito de Montmartre hacia el norte de la ciudad donde se encontraba la catedral del sagrado corazón. Mientras caminábamos se nos hizo de noche y el cansancio se hacia notar cada vez más pero nada nos podía hacer parar. Llegamos a una avenida y a mano derecha salia una calle cuesta arriba en la que se podía ver la basílica del Sagrado Corazón a lo lejos en lo alto de la colina. Esa calle era muy peculiar porque había pequeñas tiendas para comprar souvenir a muy buen precio. Subimos por la calle a una cuesta hacia unas escaleras súper empinadas en la que también se podía coger un teleférico para subir a lo alto. Después de muchos escalones subimos a una calle en la que había un gran mirador y muchos puestos de comida artesanal. La gente se apiñaban en los escalones donde bebían y cantaban, una pareja que encontramos allí nos hizo una foto y nosotros otra a ella. Pero para acceder a la catedral todavía teníamos que subir algunos escalones más, subimos pasando entre unos jóvenes que tocaban la guitarra y a lo lejos otros que interpretaban la famoso canción mejicana de «Yo no soy marinero, soy capitán». Subimos el último escalón y nos dirigimos a otra calle que por fin nos llevaba directamente a los escalones de la basílica. Entramos en ella. Todo estaba en silencio, una mujer arrodillada rezaba enfrente del altar mayor, muchos transeúntes sacaban fotografías de aquel lugar mágico.

Terminamos la visita a las 22:00 hora en la que la basílica cerraba sus puertas. Bajamos por las escaleras y nos dirigimos hacia la estación de metro de Abbesses, justo delante había un pequeño recinto vallado donde está el famoso «le mur de je t´aime» pero que por la noche está cerrado. Buscamos el cementerio de Montmartre y después de ver un poco los alrededores bajamos por una calle hacia Blanche donde se encuentra el Moulin Rouge, un lugar emblemático que cumplía 125 años y al que tantos artistas y gente de renombre ha inspirado durante años. En la plaza de Blanche nos hicimos unas cuantas fotos con el emblemático edificio detrás, al cabo del rato nos vamos hacia el hotel al que tardamos en llegar unos 45 minutos andando. Llegamos al hotel y subimos las 3 plantas que nos separaban de nuestra habitación, nos duchamos y caímos rendidos en menos de 5 minutos. Sábado, eran las 8 de la mañana y sonaba el despertador. Preparamos la mochila para un duro día de camino y bajamos a la recepción para dirigirnos a la cafetería donde nos servirían un buen desayuno con mermelada, croassanes, chocolate caliente, ect. Nos dirigimos hacia el el metro Gare de l´est, que estaba situado a 5 minutos de nuestro hotel. Nos adentramos en la estación y pasamos los controles que nos llevaban a los túneles del metro, buscamos la dirección que nos llevara al centro de la ciudad, entramos en el vagón y nos encaminamos hacia el museo del Louvre. Salimos por una boca de túnel próxima al museo más importante de Paris, el Louvre.

Autor: Santiago Tejada Pacheco

Al principio no sabiamos por donde entrar al museo porque los edificios tenian las puertas cerradas pero a través de una de los pasajes conseguimos llegar a el patio, había dos pirámides de cristal en mitad de la plaza. Esas pirámides son la entrada al museo del Louvre, unas escaleras mecánicas bajaban a una gran sala que estaba debajo de la plaza y que se iluminaba con el sol que entraba por las pirámides de cristal. Desde allí, y después de sacar las entradas ( si eres menor de 26 años puedes entrar gratis a casi todos los lugares de interés de París y si estás desempleado también) nos marchamos hacia unas escaleras que nos llevaban a las galerías de pinturas, las salas estaban ordenadas por secciones antigüedades egipcias, orientales, romanas, pinturas, esculturas, etc. En el Louvre vimos el famoso cuadro de Leonardo Da Vinci «La Gioconda», «Victoria alada de Samotracia», que es una escultura de un ángel con alas plegadas al que le falta la cabeza. «La Venus de Milo» considerada la escultura más famosa de la antigua Grecia y que realizó Alejandro de Antioquía, «Psique reanimada por el beso del amor» cuyo autor es Antonio Canova, italiano que también realizó «Las tres Gracias». «La libertad guiando al pueblo» que es un cuadro de Eugène Delacroix y otras obras de gran belleza. El museo del Louvre tiene miles de obras que si te paras detenidamente a verlas todas puedes tardar varios dias en verlo más de 35.000 obras en exposición actualmente. Salimos del museo y paseamos por la orilla del Sena en dirección hacia la catedral de Notredame por el camino cruzamos por «el puente de los candados», la tradición es colgar un candado con el nombre de los enamorados y arrojar la llave al fondo del Sena simbolizando el amor eterno. Se cree que esta costumbre puedo ser creada a raíz del libro «Tengo ganas de ti» de Federico Moccia  pero no se sabe con certeza. Cruzamos unos puentes y llegamos a una isla en el propio rio del Sena, llamada «Île de la Cité», en la primera calle nos encontramos un museo sobre la estancia de Maria Antoñeta antes de ser guillotinada en la plaza de la Revolución,  «La Conciergerie». Justo al lado se encuentra el antiguo palacio de San Luis donde actualmente se ubica el palacio de justicia de París. Del palacio de San Luis solo permanece La capilla llamada «La Sainte Capelle», un templo gótico que tiene unos ventanales preciosos que siguen intactos desde su construcción. Después de ver estos lugares tan emblemáticos nos  hacia la catedral de Notredame cruzamos una calle y un parque, ¡allí estaba¡ Notredame. Delante nuestra había una inmensa plaza repleta de turistas que hacían una gran cola para poder entrar a la catedral nos aguardaba pero mereció la pena esperar toda esa cola. La catedral de Notredame es un edificio magnífico que tiene dos torres con 69 metros de altura. La torre sur contiene la famosa campana Emmanuel que es la única campana que sobrevivió a la Revolución francesa ya que los insurgentes durante la revolución no pudieron fundirla para hacer munición gracias a sus grandes dimensiones. Entramos en la catedral y tuvimos la suerte de presenciar una misa, la catedral es sede episcopal de Francia. En el interior había muchas esculturas y capillas. Una vez vista la catedral de Notredame decidimos visitar el Phanteón Romano que esta situado frente a la facultad de derecho de París. El Phanteón estaba cerrado y no pudimos entrar a verlo pero desde fuera se veía que la cúpula estaba en reconstrucción o mantenimiento, de hecho casi todos los monumentos estaban haciendo tareas de recuperación. Nuestra próxima parada sería dar una vuelta por el Sena en barco y ver los exteriores de la plaza de la concordia, el museo de Orsay, Notredame, el pequeño palacio, la torre Eiffel, ect. Nos subimos al barco al oeste del Sena y bajamos en el centro para ver el pequeño palacio y el museo de armas de París. Nos dirigimos al norte para ver el pequeño palacio en el que había una exposición de cuadros y el gran palacio  que tenía más exposiciones. Una vez visto este enclave de París volvimos sobre nuestros paso y cruzamos un puente bellísimo, al fondo se encontraba el museo de armas y en la parte posterior la tumba de Napoleón. En la cripta había varias capillas en los que estaban enterrados personajes históricos de la ciudad pero el más impresionante de todos es la cripta de Napoleón una enorme sepultura colocada en el bajo del edificio iluminada por la cúpula, se podía ver desde un balcón circular.

Una vez terminada nuestra visita a la tumba de Napoleón nos esperaba el Arco del Triunfo construida por el propio Napoleón. Cogimos el metro de los inválidos hasta el metro de los Campos Eliseos nos bajamos en la estación George V, paseamos por la avenida de los Campos Eliseos hasta el Arco del Triunfo que estaba rodeada por una rotonda de varios carriles y donde hay una terraza donde hacer fotos panorámicas y también varias esculturas a su alrededor. Una vez terminada nuestra visita en el Arco del Triunfo volvimos a meternos en el metro cercano del Arco del Triunfo con destino a Trocadero para marcharnos a la Torre Eiffel. En Trocadero está el auditorio de París y justo enfrente la Torre Eiffel, cruzamos un puente que nos llevaba directamente debajo de la famosa Torre que fue construida por Gustave Eiffel de hay su nombre y mide exactamente 301 metros.

Fuente: Santiago Tejada Pacheco
Autor: Santiago Tejada Pacheco

La Torre Eiffel es uno de los monumentos del mundo que más visitas tiene y lo comprobamos. Los campos de Marte estaban completamente abarrotados, la cola para poder subir a la Torre era kilométrica y el precio para acceder a la segunda planta es de 7,50 euros pero si queréis acceder a lo alto de la torre es más caro, otro punto es que el precio era para jóvenes depende de la edad tiene un precio. Ya habíamos visto los monumentos más importantes de París pero faltaba uno que para mi también es importante, el Parque de los Principes, el estadio de fútbol del PSG. Así que buscamos la entrada de metro Torre Eiffel y nos vamos hacia la salida de metro de la puerta de Saint-Cloud que estaba muy cerca del estadio. Cuando salimos de la boca del metro ya era casi de noche y el estadio estaba cerrado pero no era un impedimento para sacarme unas fotos en las puertas del estadio. Eran  las 9 de la noche y solo pensábamos en una cosa comer, nos marchamos de nuevo hacia el metro pero nuestra sorpresa fue que justo al lado había un McDonald. Comimos y volvimos al hotel en metro, cogiendo diferentes rutas hasta la estación Gare de l´Est. Llegamos a la puerta del hotel sobre las 11:00 de la noche y llevábamos un montón de kilómetros encima pero mereció la pena. Antes de irnos a dormir preparamos la maleta para a la mañana siguiente dejarla en recepción esperando nuestro regreso.

Último día del viaje, domingo. Nos levantamos sobre las 7:30 para desayunar y coger el metro que nos llevará a la estación de Pont de Sévres y desde allí coger un autobús hasta Versalles que se encuentra a 14 kilómetros al este de París. El viaje duro 1:40 aproximadamente, y teníamos poco tiempo para ver el palacio más grande de toda Europa. Cruzamos las primeras vallas del palacio y nos encaminamos hacia los jardines, para entrar al palacio había una cola enorme y no teníamos mucho tiempo por esa razón decidimos ver los jardines. Debías sacar entrada para poder entrar en los jardines pero decidimos pagar un mni-tren que te llevaba por todos los jardines en aproximadamente una hora. El trenecito paraba en los lugares más relevantes de los jardines de Versalles. El gran Trianón es un edificio que acogió a Napoleón y otros personajes relevantes de la historia de Francia. Un gran estanque llamado «Gran canal», el estanque de Apolo, el estanque de Latona y la Gruta de Tetis son algunos de los lugares que se pueden visitar en estos inmensos jardines. Después de acabar nuestra visita en trenecito salimos del Palacio de Versalles para coger de nuevo el bus que nos llevaría de vuelta al hotel, después de 2 horas de viaje de bus y rutas en metro llegamos al hotel. Nos preparamos  para coger el minibus pero no pasó más de 20 minutos cuando llegó el minibus que nos llevaría al aeropuerto y poner rumbo a Málaga. Este ha sido un viaje corto en el tiempo pero muy emocionante e intenso, en el que pudimos ver y estar en lugares que todo el mundo debería conocer alguna vez en la vida. Os invito a visitar París si alguna vez tenéis ocasión. Au revoir.

Santiago Tejada Pacheco

Twitter: @sancocoiznate